Cuando fracasa la política y el autoritarismo ya no obtiene sus frutos, la desesperación comienza a ganar terreno y se judicializa todo para encontrar respuestas donde no las hay.
Había que mantener los resultados y los números no daban. Se trataba de conseguir los consensos para el tema tierras: excepciones sobre parcelas, otorgar terrenos fiscales a fantasmas inversores, y los números de votos se empezaron a diluir. Primero fue el quinto voto, ese que acompañó casi sin pestanear la alianza caprichosa propuesta por Don Mario, y que luego, cual si fuera un pañal, apareció descartable. Fue el que comenzó los trámites de divorcio al ver que tamaño apostolado no era correspondido.
Así comenzaron los planteos, aquellos insistidores planteos: “¿ cómo no nos vas a acompañar?”, “¡nos falta un voto más!”. Y sí, las cosas se fueron empiojando. Ese muchachito dócil apodado Sam, se fue convirtiendo en un cuestionador de situaciones y les comenzó a votar en contra. Entonces, apareció la represalia. Había que sacarlo y poner a otro que se pudiera manejar sin inconvenientes. Si era posible, alguien sin principios, sin valores, en fin, corruptible y maleable. Si la alianza a nivel provincia iba con vaselina…¿ por qué teníamos que lidiar con Gangemi, cuando nosotros nos manejábamos en las altas esferas?. Y la cuerda se tensó. Fue así que le pedimos la cabeza al concejal del Justicialismo Sam Gangemi y pensamos que si venía el suplente Dammer era peligroso, quizás nos convenía seguir con la línea de suplencias para tantear si alguno agarraba viaje por chauchas y palitos, y nos votaba nuestras oscuras prioridades en el Concejo.
Pero… como para un peronista no hay nada mejor que otro peronista, Dammer no dejó la banca y le cubrió con lealtad las espaldas a Gangemi. Luego, la historia es conocida. Pasa el tema Gangemi a la Justicia y se lo deja afuera del legislativo por unos meses. Frente a tamaña y ridícula situación jurídica, el concejal vuelve a ocupar su banca porque se analiza que es una situación política que debe dirimirse en ese ámbito. Un claro “conflicto de poderes”. Pero ésto no quedaría así nomas. Con la sangre en el ojo, el resentimiento y la imperiosa necesidad, hay que sacar a este concejal que nos impide crecer, sí crecer especialmente en lo personal.
Y ya que estamos, y teniendo en cuenta que una concejal, mujer y mapuche, había enviado a “gente del poder” a la justicia con varias causas, no faltó un iluminado letrado (el gran titiritero) que dijera: hagamos lo mismo que con Sam, saquemos a “La Huenchupan”, siempre vota todo en contra y encima nos denuncia.
¿Y cómo los sacamos ? Sencillo compatriotas, presten atención: primero ponemos en tela de juicio la incompatibilidad porque ambos tienen sueldos de provincia, y las dietas o gastos de representación los hacemos pasar por sueldos. Total …¿la gente qué sabe?. La ignorancia es nuestra gran aliada.
Poco a poco, la vergonzosa situación fue ganado espacio en la opinión pública, aquellos que durante tres años se habían sentado como concejales de tercera (categoría establecida por ordenanza), ya no eran ni de décima. Sus gastos de representación eran menores, por ser empleados públicos. Esas fueron las reglas de juego establecidas. Hoy nadie se hace cargo.
Interrogante: ¿ No sería coherente pedir la renuncia de quienes conocían bien esta ordenanza, una de las primeras de la gestión?. Allí se fijaban los ingresos de los ediles; hoy se desconoce lo que aprobaron, nada menos que tres categorías “discriminatorias” de concejales. Cuando se habla de optar por uno de los dos sueldos, por ejemplo, el de menor valor ¿de qué se habla? ¿ los gastos de representación son sueldos? ¿tienen aportes jubilatorios , salario familiar, obra social y vacaciones?....porque si ésto no es así, los “sueldos” de los concejales fueron mal liquidados.
Algunos se preguntaban ¿por qué los concejales Gandulfo, Broiman y Solari son de primera, junto con el presidente del Concejo?. Porque si es por producción y trabajo son casi nulas las actuaciones, y a muchos de ellos no se les escucha más que una tenue voz de “afirmativo” cada vez que responden a los lineamientos del Ejecutivo. Suena a “le pertenezco señor”.
Si esta irregularidad o incompatibilidad fuera cierta y real, supongamos que sí, también se daba cuando las cosas eran funcionales al poder de turno y a los intereses de la corporación gobernante. Pero cuando no podemos mantener el poder, o los compromisos económicos, encontramos cosas irregulares. Pues bien, si hay cosas irregulares desde hace tres años, sería bueno comenzar con la renuncia de los concejales. Todos. Por inútiles e incompetentes.
¡¡Qué lejos están estos personajes del voto popular, de la representación legislativa, del compromiso político, del trabajo por el que menos tiene!!.
Vemos, desde las bases, que estos tipos están en el polo opuesto de los que dicen representar. Se dedican a multiplicar sus miserias y a aislarse empecinados en no retornar.
Estamos viviendo una transformación de conciencia, camino a la Unidad del Pueblo.
Pd: “…levantó la tapa de la olla y sólo había un poco de polenta. Miró a sus hijos a los ojos y respiró profundo”.
…Hay otra realidad en Lago Puelo. Los temas prioritarios no están en la agenda de quienes nos representan hoy. Nunca estuvieron, ni estarán.