Fuera de cualquier parámetro de normalidad, en la Comarca, cuando se genera una noticia desaparecen los periodistas. Son contados quienes reflejan un compromiso de trabajo real. Por eso sería bueno estar con la guardia alta para detectar el perfil de estos personajes y sus guaridas, léase: medios de comunicación.
Desde hace varios años el lugar predilecto de los Mercenarios es el contacto con los grupos de poder que manejan las localidades del paralelo, y para eso la acción está a cargo de gatopardistas Movileros. Una mano de obra barata y muy dañina. Ninguno tiene relación laboral en blanco con los medios, llámese “contrato de trabajo”; el arreglo es facturar como monotributistas y sacarse su propio sueldo. Se comienza a elaborar una preselección de auspiciantes (si es posible afines con la línea editorial del medio), luego buscamos algún funcionario de turno que nos tire alguna pauta oficial (por izquierda o por derecha para el caso es lo mismo); y así tenemos todos los elementos para comenzar a vender notas arregladas, vender silencio, manipular la información, extorsionar, responder a intereses económicos y por sobre todo, alejarnos de la gente ávida de información.
Muchos de ellos son ignorantes en materia periodística, compran un grabador en una casa de electrodomésticos y salen a la calle. Tienen pasados sociales cargados de miserias humanas; las que, con el correr del tiempo, potencian ese historial pretendiendo ganar plata fácil con su “información dibujada” sirviendo a los grupos de poder. Un ejemplo de ello es que cuando hay manifestaciones o reclamos sociales, difunden frivolidades o pasan saluditos de algunos oyentes aplastados por la idiotez del consumo.
Son los muchachos que cobran dineros públicos de políticos corruptos, y con eso olvidan la realidad política del pueblo donde viven. Los que ven como positivo contar con la protección del “BORA” o de Gendarmería; en desmedro de la Policía Provincial, que a veces no tiene ni para uniformes, municiones para prácticas de tiro y combustibles para sus móviles. No analizan que con este grupo antimotines estamos amparando la decisión de cuidar a cualquier costo los bienes de los magnates y comerciantes negreros que nos rodean. Son los que nunca cuestionan las fundaciones que los “Tíos del Escondido” arman para lavar dinero y comprar a una sociedad carente de todo, mientras que ellos hacen negociados con los recursos naturales.
Son una lacra en el periodismo: No les interesa cuidar el medio ambiente, ni el tema de la tierra en manos de extranjeros, tampoco si en nuestros lagos construyen represas hidroeléctricas. Solo rescatan los beneficios de generar más energía y que “el Magnate Joe”, que todo lo soluciona, de vez en cuando, los invite a tomar un vino de honor a través de su apoderada. Cosa que nunca rechazan porque su adicción llega también al alcohol…salen baratos los chicos.
Son muy serviles a los grupos de poder, tapan todo lo malo de la administración pública, llevan y traen chismes, juegan con la buena fé de la gente, desmerecen los reclamos sociales y son fachistas sin tener conciencia de ello. De puro bruto nomás.
Es lo que tenemos.
Yo creía que con la vigencia de la nueva Ley de Medios Audiovisuales algo podía cambiar, pero para sacar esta porquería vamos a tener que esperar un poco más.
Así como existe un ejercicio ilegal de la medicina, debería haber un ejercicio ilegal del periodismo: los que toman un micrófono sin responsabilidad, repartiendo “pescado podrido”, o bien armando notas escritas sobre realidades tendenciosas, los que manejan medios públicos (que pagamos entre todos), repletos de empleados haciendo “huevo” y con direcciones en manos de Gendarmes, que en vez de cuidar nuestra frontera, están para conducir direcciones de radios del Estado.
La realidad, lo cotidiano, la información, la familia, la transparencia, la democracia, nuestros recursos naturales y el desarrollo de una comunidad, por nombrar algunas de las cosas que nos tocan a diario, merecen un Compromiso.
El colmo del “Kiosquero” sería pedir que su medio sea declarado de interés municipal por el concejo deliberante; para después con ese papel ir al Comfer y sacar licencia como radio comunitaria o popular.
Hay que Ser, no Parecer.
Llamemos a las cosas por su nombre: no tienen DECENCIA. Nunca la tuvieron, o bien la perdieron por unas pocas monedas.
María Eva
Una Militante de toda la Vida.
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